Estos textos sánscritos, completos con una rica historia y tradición cultural, comparten una teoría sobre la salud que se centra en el equilibrio del cuerpo, la mente y el espíritu. Proponen que cada individuo único está formado por los cinco elementos (tierra, aire, fuego, agua y éter) con tres fuerzas vivificantes o doshas: vata, pitta y kapha.
Estar saludable significa tener tus doshas en armonía y, según las enseñanzas ayurvédicas, el masaje ayuda a conseguir ese objetivo.
El masaje de cabeza indio incluye trabajar los llamados puntos marma en el cuero cabelludo, la cara, el cuello y los hombros para abrir canales de energía, equilibrar los chakras y ayudar a aliviar la tensión y el estrés. Los puntos marma son similares a los puntos de acupuntura o acupresión y se cree que tienen conexiones con diferentes chakras, órganos y sistemas del cuerpo.
Como ocurre con cualquier teoría del cuerpo, existen algunas variaciones y opiniones, pero generalmente se acepta que existen al menos 107 puntos marma. Son lugares de unión de músculos y tendones y se pueden trabajar en círculos para estimular o suprimir la energía.
Tiene sentido incluso desde un enfoque puramente occidental, al observar cómo los nervios suben y bajan por la columna hacia y desde nuestro cerebro, por qué trabajar el cuero cabelludo, la cara y el cuello es tan importante para controlar el estrés.
La técnica -
El clásico masaje de cabeza indio se realiza con el cliente vestido, cómodamente sentado y el terapeuta de pie, aunque algunos spas estadounidenses han trasladado el tratamiento a una camilla de masaje. Puede incluir una mezcla personalizada de aceites esenciales o hierbas para aromaterapia como parte del tratamiento, pero no siempre es necesario. La sesión generalmente comienza con una consulta sobre problemas y preocupaciones de salud para garantizar la seguridad y los objetivos del cliente, luego avanza hacia la técnica práctica.
Comenzando con la respiración, el terapeuta colocará sus manos sobre los hombros del cliente y le pedirá que respire lenta y profundamente unas cuantas veces para calmarse y centrarse.
Comenzando con el cuello y los hombros, el terapeuta trabaja los puntos marma a lo largo del trapecio, el elevador de la escápula, los escalenos y otros músculos utilizando una variedad de técnicas de caminar con el pulgar, círculos con la palma, presión y barrido con los dedos, petrissage y amasamiento. Todo se hace con la intención de liberar energía o tensión atrapada, y puede tener una variedad de ritmos y presiones.
Responder al Cliente -
Se sabe que los clientes se relajan tanto durante el masaje que su cabeza puede comenzar a balancearse y balancearse. Simplemente sujeta la frente con una mano y continúa trabajando. A menudo, el terapeuta se mueve alrededor de la silla, parándose de un lado y luego del otro, cambiando la mano que se usa para sujetar la frente en lugar de la mano que da el masaje.
Se presta atención detallada al cuero cabelludo y la cara, con algunas variaciones en la mecánica corporal, incluido el terapeuta parado directamente detrás del cliente sentado mientras el cliente apoya la cabeza sobre el abdomen del terapeuta. Se puede utilizar una almohada pequeña o un rollo para el cuello para aumentar la comodidad o crear una barrera según se desee.
La sesión se suele completar volviendo a la posición inicial de manos sobre los hombros y respiraciones profundas. Una variación que se puede hacer en esta sesión es agregar un tratamiento del cuero cabelludo con aceite tibio o meditación shirodhara.
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Este blog fue publicado en la edición de noviembre de la revista Massage en 2014.
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